It's a man's world
Conozco la canción de James Brown. Es una gran canción, publicada en 1966, en la época en que hombres crearon muchas cosas, coches, trenes, luz, juguetes, el cartucho para la guerra. Más it wouldn't be nothing, nothing, not one litte thing, without a woman or a girl.
Esto es aún más cierto hoy en día. ¿Un mundo sin mujeres? ¡Imposible!
Vemos cómo el mundo en nuestros países llamados desarrollados sigue siendo en parte un mundo de hombres. Sin embargo, creo que las mujeres de Europa Occidental debemos estar contentas -no satisfechas- con lo avanzada que está aquí la emancipación -la comparación puede ser inapropiada-, pero, sobre todo, si miramos hacia países como Afganistán. Es increíble que en el siglo XXI a las mujeres se les niegue el acceso a la educación superior. Duele ver las lágrimas y oír los lamentos de las niñas y jóvenes afganas cuando se enteraron de la medida regresiva del gobierno talibán. Me pongo en su lugar y pienso que fue seguramente terrible, sobre todo para las que estaban sedientas de conocimientos en su camino hacia un futuro culto, esclarecedor e instructivo.
Pues bien, en Cuba, mi país natal, surgieron partidos y grupos feministas ya en la primera mitad del siglo XX. Por primera vez, en las elecciones de 1936, las mujeres pudieron votar y ser elegidas. La bastante progresista Constitución cubana de 1940 estableció la igualdad de todos los cubanos ante la ley, independientemente de su sexo, y reconoció diversos derechos a las mujeres. A partir de entonces, a ellas les resultó más fácil, aunque no del todo, llevar una vida igualitaria. Era y seguía siendo un mundo de hombres.
Fidel Castro también incluyó a las mujeres en su revolución sin alinear su mundo con el masculino. Algunas mujeres participaron en su lucha contra Batista y después de 1959, se veían las llamadas Milicianas -casi como un movimiento de masas- marchando en uniforme, armas en mano. Pero apenas se veía a una mujer en las filas del gobierno. 1960 se fundó la Federación de Mujeres Cubanas, cuya presidenta era Vilma Espín, leal a la revolución y, por cierto, la esposa de Raúl Castro.
La cultura patriarcal se interpuso en el camino -y sin duda sigue haciéndolo- , proyectando la posición de la mujer en ese mundo cubano de hombres. Las dificultades económicas y sociales que caracterizan la vida de los cubanos bajo el llamado sistema socialista hacen el resto, frenando las posibilidades teóricas de igualdad entre el hombre y la mujer. Evidentemente, el garrote ideológico de los revolucionarios cubanos frena igualmente la igualdad. Refiriéndome a otros acontecimientos en la sociedad cubana desde Fidel Castro, señalé en mi libro Un pedacito de cielo que este mismo garrote ideológico parece golpear en todas direcciones: hacia fuera (físicamente) a los disidentes, hacia dentro al intelecto de los partidarios del gobierno. Esta teoría mía fue prácticamente confirmada recientemente por una representante de la mencionada Federación de Mujeres Cubanas. En una reunión de esta organización, la representante de las mujeres presentó a los candidatos propuestos para la elección de "diputados" al parlamento de forma decidida, pero poco convincente y bien cursi: ... que han ido al combate y ha tratar de buscar soluciones en los momentos más difíciles que ha vivido la revolución en los últimos años. Y para ello voy a mencionar los nombres, ya dí los elementos … Ah, Raúl Castro, Ramiro Valdés, Machado Ventura, Guillermo García y por supuesto nuestro presidente, primer secretario del Partido Comunista de Cuba, un joven que nació así del pueblo como todas las cubanas y los cubanos: Miguel Díaz-Canel …
Las mujeres del público parecían más indiferentes que entusiastas, la mayoría palmoteaba desganadamente sin verdaderamente aplaudir, mujeres aisladas tenían sus manos ocupadas sujetando su bolso o tecleando en su smartphone, por lo que aplaudir no les era posible. Tal vez eran tan reacias a presentar a estos viejos conocidos como candidatos a la organización femenina, como yo lo considero inconcebible, incluso surrealista. Sin duda estaban conscientes de las consecuencias, si se hubieran pronunciado en contra. Por cierto, los candidatos que fueron designados son hombres que literalmente toda una vida han pertenecido a la dirección del régimen socialista: Raúl Castro, 91 años; Ramiro Valdés, 90 años; Ramón Machado Ventura, 92 años; Guillermo García, 94 años. Díaz-Canel, el hombre joven "que nació así del pueblo", tiene 62 años. Incluso "viejo" es relativo.
It wouldn't be nothing, nothing, not one litte thing, without a woman or a girl.
Nat Neumann, diciembre del 2022
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